La Península de Yucatán esconde, debajo de su topografía casi plana, una belleza natural única, los cenotes, formaciones de piedra caliza que conectan ríos subterráneos con las aguas del Golfo de México y el mar Caribe. En los últimos años, los cenotes han atraído el interés de diferentes personas, desde turistas hasta antropólogos y científicos que se maravillan con sus diferentes formaciones. Por eso, hoy queremos que conozcas más acerca de su origen, tipos y los cenotes que se han vuelto un destino natural por excelencia si visitas la Riviera Maya.
Desde antes de la Conquista, el pueblo maya consideraba a los cenotes como fuente de agua y de vida, llamándolos ts’ono’ot o d’zonot, que en español significa “depósito de agua”. De igual forma, los cenotes eran considerados conexiones con el inframundo maya, el “Xibalbá”, dotándose de misticismo y espiritualidad.
Los cenotes son en realidad complejos sistemas acuáticos generados mediante la disolución de carbonatos y otros minerales del suelo, por lo que en geología se llaman lagos de disolución, aunque algunos cenotes son más similares a los ríos, ya que cuentan con conexiones a corrientes subterráneas que favorecen la circulación de agua.
Aunque no hay una clasificación rigurosa de los cenotes, se considera más correcto clasificarlos de acuerdo a sus mecanismos de formación a través del tiempo. Los cenotes que se encuentran en la Riviera Maya tienen diferentes edades y se clasifican en:
En tu próxima visita a la Riviera Maya, no puedes dejar de visitar algunos de los cenotes más bonitos y populares entre los turistas:
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